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Una de las tendencias que estimamos su crecimiento para este año es la “domótica”, y que también se comentó en el episodio sobre “Internet de las cosas”. Hoy profundizaremos en este tema. La tecnología y su aprovechamiento a través de la automatización viene tomándose los hogares mostrándonos escenarios que parecerían sacados de una película de ciencia-ficción. La domótica es el conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación; es la integración de la tecnología en el diseño inteligente de un recinto cerrado[3]. Proviene de la raíz latina “domus” (casa) y de la griega “automática” (que funciona por si sólo).
Un ejemplo concreto: en la mañana, en cuanto suena el despertador, automáticamente se regula la cantidad de luz que entra en la habitación subiendo las persianas, se enciende el calentador de agua para alistar la ducha; luego del desayuno y antes de abandonar la casa, el dueño prepara su vehículo mientras el sistema de alarma verifica que todas las entradas estén seguras, se apagan automáticamente las luces de la vivienda junto a otros dispositivos de consumo eléctrico innecesarios (aire acondicionado, televisores, etc.). Estando en el trabajo, el dueño de la vivienda, a través de cámaras de vigilancia puede monitorear remotamente su casa, controlar el encendido de luces, o preparar la temperatura interna para acogerlo a su regreso. También recibe mensajes y alertas referentes a intentos de intromisión, presencia de humo (posible incendio), o consumos energéticos fuera de lo común. El ejemplo se puede extender a una casa de campo (con piscina, iluminación externa, etc.), a un conjunto de viviendas, a un edificio, o a un barrio entero.
Así como el mago devela su truco, con la tecnología sucede lo mismo cuando comprendemos los factores necesarios para que esta película de ciencia-ficción deje de serlo y se convierta en una realidad tangible. Se necesitan –al menos– tres componentes:
- Sensores o detectores. Son los “órganos de los sentidos” de la vivienda, capaces de detectar movimiento, temperatura, luminosidad, humedad, humo, lluvia, viento, sonido, proximidad, peso, caudal, corriente eléctrica, etc.
- Actuadores. Son los músculos de la casa, transforman un estado incrementando o disminuyendo un parámetro que se está controlando, por ejemplo disminuyen la temperatura a través del encendido del aire acondicionado, o abren la puerta del garage cuando detectan la proximidad del vehículo.
- Controladores. Es el cerebro de la casa, quien “toma decisiones” basadas en reglas predefinidas por el usuario, recibe información que le entregan los sensores, y dispone acciones hacia los actuadores.
Las aplicaciones de la domótica son tan diversas como interesantes: Ahorro y eficiencia energética, comodidad y confort, alertas tempranas y seguridad, usabilidad y accesibilidad, o telecomunicaciones y teleasistencia.
Generalmente la domótica se complementa con el uso y aprovisionamiento de energías alternativas (solar, eólica, cinética, hidráulica de pequeña escala, etc.) para que resulte amigable con el medioambiente. El hogar digital o la casa inteligente dejó de ser el futuro, la “domus automática” (domótica) está tocando nuestras puertas.
Cristian León (@cristianjlg) de Ingeniería Verde amplía el concepto de domótica con experiencia y ejemplos concretos desarrollados por su emprendimiento.
Enlaces
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Créditos
Imagen gráfica del logo: Box 03 Cake Cherry Icon por Klukeart
Banda sonora: Memories por SundLy
Anfitrión: Patricio Narváez (@patonarf) en Kocodrilo Radio